Antonio Pérez Collado: “Carta a la niña de Pablo Iglesias”
Querida Nerea: me dirijo públicamente a ti, aunque a quienes debería escribir es a tus papás, que son los que tuvieron la brillante idea de llevarte al mitin de Podemos celebrado recientemente en Valencia, como original forma de celebrar tu noveno cumpleaños. Asumiendo el riesgo de equivocarme, me atrevo a pensar que preferías celebrar tu cumple festivamente con tus amiguitas, tus primos, los yayos y los papis. Es lo normal a esas felices edades. Acercarte a saludar a Iglesias (salvo que ya estés profundamente politizada, cosa que dudo) es como si tus abuelos hubieran llevado a los papás a un acto de aclamación de Felipe González; quizás ahora no se sentirían muy agradecidos a sus progenitores, vista la deriva que tomó el joven profeta de aquella fallida transición.
Es comprensible esa obstinación de políticos de todo pelaje por hacerse fotos con niñas, especialmente cuando se aproximan unas elecciones: los humaniza mucho. No hace falta buscar mucho en archivos para evocar fotos memorables de dirigentes famosos junto a tiernas criaturas: las hay de Bush y de Mao, de Isabel I y de Benedicto XVI, de Rajoy y hasta de Franco; aunque éste posaba preferentemente con su hija Carmencita. Lo extraño es que el líder supremo de Podemos, que venía a cambiar la política de las castas, sucumba también a esta casposa tradición.
Tal como están las cosas, me parece terrible mezclar a personitas tan sinceras y confiadas con gente tan poco dada a la práctica de esas virtudes como son los que hacen de la política una bien retribuida profesión. Miedo me da pensar en la rabia que te puede provocar, más adelante, descubrir lo que ha sido la política española de estos años en que tú jugabas y aprendías. Cuando comprendas con toda su rotundidad que la corrupción afectaba a todos los partidos, según su cuota de poder.
Averiguarás, a poco que te lo propongas, que son los ricos, banqueros y empresarios, los que de verdad mandan. Sabrás entonces que se pone en manos de los gobernantes un inmenso poder, enormes sumas de dinero y muchos privilegios, sin que los dirigidos tangan otra opción, otra posibilidad de decir algo, que la generosa oportunidad de votar cada cuatro años para sustituir a los que la van a mandar y, con toda probabilidad, a defraudar.
Tú misma verás que este sistema fomenta la insolidaridad, la acumulación de riqueza y la competitividad; que en nuestra sociedad de consumo se valora especialmente a los llamados emprendedores, aunque lo que emprendan la mayoría sean negocios con un futuro muy breve. No se dedican tantos elogios (es más, casi se le mira con pena) al parado que se encuentra una cartera con un buen puñado de billetes y la devuelve, al inmigrante que sacrifica su vida para salvar de un incendio a un anciano discapacitado, al ciudadano que se ahoga salvando a un semejante al que ni conocía…
Nos lo cuentan todo de Syriza o de Podemos (o incluso de Ronaldo y Belén Esteban). Pero no hablan „o lo que es peor, mienten„ sobre la realidad de los procesos de autogestión social a los que esas políticas de recortes han empujado a las gentes de Grecia, Argentina o Chiapas, que cubren todos los servicios sociales que el Estado deja de prestar y tejen una economía alternativa y solidaria. Piensan que ese modelo participativo no debe propagarse.
En fin, querida Nerea, que vas a contemplar atónita cómo los grandes mandatarios ni intentan ponerse de acuerdo en sus conferencias para frenar el cambio climático, las epidemias, el hambre o la explotación infantil. Pero, por ahora, juega y sueña.
Antonio Pérez Collado
Secretario de Acción Social de CGT-PV
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