CGT País Valencià i Múrcia

[Crónica] Charla/debate: ébola, origen, sanidad y medios

Charla/debate: ébola, origen, sanidad y medios

Organizada por CAS-PV en una sala prácticamente llena, donde asistimos entre otros trabajadoras/es de La Fe, el Arnau y diversos centros de salud, se realizó ayer la charla: ”Ebola: origen,sanidad y medios” a cargo de Vicente Sanz, médico de familia y especialista en medicina tropical, que abordó los condicionantes sociales en la Crisis del ébola, de los cuales comenzamos a interesarnos a partir de la repatriación del sacerdote español infectado con este virus y atendido en una unidad especializada cerrada hace poco por los recortes sanitarios y que he tenido como consecuencia el contagio de nuestra compañera Teresa 21 ingresados y 170 personas en observación.

Dejo aquí un breve resumen de la charla:

“Hoy sabemos de sobra que la salud no depende solo de gérmenes ni de genes. En algunos ámbitos médicos se empieza también a saber que el código postal donde nos toca vivir, es uno de los predictores más consistentes de padecer enfermedades y baja esperanza de vida.

La epidemia que más sufrimiento y muerte causa en el mundo, es la desigualdad y la mayor parte de los problemas de salud de la gente, tienen que ver con los llamados determinantes: como el acceso al agua potable, la nutrición, la vivienda, la educación, el empleo, los sistemas de protección social, la seguridad, el nivel de pobreza, la exclusión, la desigualdad de género, él acceso a la información, la vulnerabilidad frente al cambio climático, etc.

En 2008 una de las conclusiones de la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud, dependiente de laOrganización Mundial de la Salud (OMS), afirmaba:
la nefasta combinación de políticas y normas económicas deficientes y una mala gestión son responsables, en gran medida, de que la mayoría de la población del mundo no goce del grado de buena salud que sería biológicamente posible”.

Podriamos hablar de enfermedades importadas (la Malaria, el Dengue, la enfermedad de Chagas, la fiebre por el virus Chikungunya y la fiebre Amarilla entre otras) ,de Salud Internacional, de alertas sanitarias y del concepto “Un mundo, una salud” atendiendo a la lógica aplastante de que muchas enfermedades trascienden el concepto de estado-nación e ignoran divisiones políticas y fronterizas .

Una característica que comparten con el dinero especulativo que tampoco conoce fronteras en este mundo pequeño y globalizado, donde existe lo suficiente para satisfacer y atender las necesidades de todos, pero donde no parece que hay bastante para la avaricia de unos pocos.

Hace unos meses asistí a una jornada donde se hablaba de enfermedades transmitidas por vectores (algunas de las cuales se agrupan dentro de las llamadas fiebres hemorrágicas virales) y del potencial riesgo de introducción y circulación en nuestro país de algunas de ellas. También se hizo referencia al brote de enfermedad por el virus de Ebola que está afectando desde hace meses al África occidental, a países como Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona, donde el brote ha causado ya 4500 muertos y ha puesto en guardia a países vecinos como Senegal, Costa de Marfil, Nigeria y Mali.

El virus de Ébola (a diferencia de otras fiebres hemorrágicas que se trasmiten por vectores, siendo los mosquitos los más importantes) se transmite por contacto directo con la sangre y los fluidos corporales de las personas y de los animales infectados.

Como la inmensa mayoría de estas llamadas Enfermedades Infecciosas Emergentes en su origen fueron “zoonosis”, o sea, enfermedades propias de los animales silvestres (ya que animales y microorganismos han evolucionado conjuntamente durante siglos en sus ecosistemas) que sufrieron una transición (lo que se llama salto de especie, también el SIDA lo fue) y pasaron a las personas, a medida que estas invadían sus nichos ecológicos, propagándose luego al resto de la población.
Muchas de estas enfermedades infecciosas emergentes son ancestrales, enemigos antiguos que hoy afectan sobre todo a ciertas regiones del mundo en desarrollo, donde suponen una elevada carga de enfermedad, afectando preferentemente a los más desfavorecidos porque el riesgo para padecerlas se define más por su condición socioeconómica que por la simple geografía, siendo la pobreza la causa subyacente más importante.

Enfermedades como el Ébola al igual que otras, no surgen ni se trasmiten solo por azar y la atención e inquietud que despiertan en los medios de comunicación y países occidentales, es por su potencial riesgo de difusión y el hecho de carecer algunas de un tratamiento específico y de poseer una alta mortalidad.

No es sino el miedo lo que propone a los otros, la consideración de que un asunto es “emergente/urgente”. Sin embargo, el hambre en el mundo casi nunca ha supuesto una urgencia mediática, sigue siendo sin más una epidemia invisible e ignorada, no es una enfermedad transmisible y su tratamiento parece difícil porque solo se trata de un problema político y de justicia social.

Si tuviéramos conciencia de que la salud de los individuos se halla mucho más protegida cuando se garantiza la salud de toda la comunidad (un mundo, una salud) sabríamos que en ese mundo, al contrario que en el nuestro no podríamos tomar un avión y en pocas horasaterrizar en un país donde la esperanza de vida apenas supera la mitad de la nuestra.

Sabríamos también que los remedios debieran ser económicos y políticos más que sanitarios , como bien se puso de manifiesto, pero en papel mojado, en el año 2000 y con la participación de 189 países en Naciones Unidas con la intención de alcanzar los Objetivos del Milenio para 2015.

Allí se aconsejó desarrollar:

 

 

Comparteix
Salir de la versión móvil