Cuando la ansiedad en el trabajo se convierte en un accidente laboral
El 13 de enero, la Seguridad Social reconoció la ansiedad de una trabajadora vasca de supermercado como un accidente laboral
En los últimos años, se han vinculado crisis con problemas laborales en diferentes casos
El pasado 13 de enero, la Seguridad Social reconoció la ansiedad de una trabajadora vasca de supermercado como un accidente laboral.
De hecho, no es la primera vez que ocurre. En enero, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León reconoció que la crisis de ansiedad de un trabajador derivada de conflictos laborales. En mayo de 2020, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ocurrió también con el caso de una auxiliar de enfermería que trabaja en una residencia y en mayo de 2019, la Seguridad Social reconoció un baja laboral tras detectar discriminación en el centro del trabajo.
Aún así, la ansiedad no aparece en los primeros puestos de las estadísticas de accidentes laborales con baja que publica el Ministerio de Trabajo. Uno de los últimos casos es el de una camarera de una casa de apuestas de Bilbao que tuvo que intervenir en una pelea entre clientes. La trabajadora sufrió una crisis de pánico y tuvo que ser trasladada a urgencias. Su mutua no le reconoció este episodio como accidente laboral y tuvieron que recurrirlo a la Seguridad Social de Bizkaia, que ha dictado una resolución a favor de la empleada.
Los casos tienen que ver con “trabajador@s que sufren acoso moral” en el trabajo o por la “mala distribución de las tareas“, que multiplícalos riesgos psicosociales. Además el teletrabajo que se ha expandido estos meses puede haber multiplicado este tipo de problemas.
Julio Fuentes, del sindicato CGT, cree que hay un problema de base. Por un lado, el cuadro de enfermedades profesionales “se ha quedado muy antiguo”. Desde su última actualización, “han surgido nuevas profesiones con sus propios riesgos, que no están reflejados”. Por tanto, la ansiedad no está reconocida como enfermedad profesional. Esto hace que el trabajador “tenga que tratarlo individualmente con la mutua”, que será la que lo reconozca como accidente laboral.
Por otro lado, también asegura que en la prevención de riesgos laborales no se presta la atención suficiente a los psicosociales: “En los cursos que realizo, muchos trabajadores me dicen que en su empresa no se han llevado a cabo medidas correctoras”, explica.
Ahora, con el teletrabajo estos riesgos se han trasladado a los hogares. Fuentes desgrana algunos factores que pueden dispararlos durante estos meses de trabajo en casa: aislamiento, sensación de desprotección, dificultades para la desconexión digital o tecnoestrés: “Cuando en casa la persona está trabajando y tiene un problema, no tiene vínculo con la empresa directo que se lo pueda solucionar. El trabajador, por responsabilidad, intenta solucionarlo y ahí aparece el estrés. Incluso a veces se siente culpable por no ser capaz de arreglarlo, cuando quizá no tenga la formación adecuada o las herramientas”.
Qué hacer
Aunque hay precedentes, no siempre es fácil vincular la ansiedad con el trabajo al no haber un “hecho físico desencadenante”, como puede ser una caída. Sin embargo, los sindicalistas aconsejan que ante un ataque de ansiedad en el trabajo, se acuda primero a la mutua. “Hemos tenido casos en los que la gente va a la mutua, que es la que se encarga de las contingencias profesionales, y les dicen que no se lo reconoce porque los problemas venían de antes, por problemas de pareja o familiares”.
Cuando eso ocurre, la mutua deriva al trabajador a su médico del sistema público para que les de la baja, . “Hay que coger la baja porque si no vas a trabajar, te despiden”, recuerda Fuentes. Pero los sindicatos aseguran que hay vías para reclamarlo como solicitar la determinación de contingencia, donde se indica que la dolencia es de origen profesional. Después, será el inspector médico de zona el que determine si es profesional o no profesional”, explica.
Según la Ley General de Seguridad Social, se entiende por accidente de trabajo “toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”. Por tanto, si se produce un ataque de ansiedad en la oficina por un problema laboral, lo mejor es acudir a la mutua.
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