Antonio Pérez Collado, Confederación General del Trabajo País Valencià y Murcia
A pesar de todo el dolor y la destrucción que estamos viendo a diario como consecuencia del genocidio a que el ejército de Israel somete al pueblo palestino y del mucho sufrimiento que no vemos, siempre habrá quien encuentre escusas para no hacer nada, para callar como hacen los gobiernos occidentales.
Ocurre siempre que hay una huelga u otra movilización: quienes no desean sumarse a la lucha se aferran al conocido pretexto de «por qué ahora y no antes» o al no menos socorrido de «yo no me sumo porque no convoca toda la izquierda política y sindical».
Frente a esas dudas hay respuestas muy claras. Se hace ahora porque ya no se puede esperar más a que la diplomacia traiga la paz, y en cuanto a la ausencia de determinados partidos y sindicatos, eso hay que preguntárselo a sus órganos de dirección, no a las organizaciones y colectivos que sí asumen su responsabilidad y su compromiso.
Tampoco importa demasiado quién ha tomado la iniciativa y ha puesto una fecha, la del próximo 27 de septiembre; lo cierto e importante es que cerca de cien grupos (sindicales, sociales, de solidaridad, internacionalistas, antimilitaristas, etc.) han dejado a un lado sus diferencias ideológicas o estratégicas y se han unido frente a la barbarie que se está cometiendo contra todo un pueblo; el palestino. Y estamos hablando de población civil; de criaturas, de mujeres, de personas mayores, de familias enteres que huyen con lo poco que les queda de un lugar a otro esperando que allí nos les maten las bombas.
Pocos acontecimientos en las últimas décadas han generada tan unánime rechazo como la invasión de Gaza por el letal ejército israelí. En todo el mundo se repiten las protestas multitudinarias contra esta masacre que no solo deja ya más de 41.000 víctimas mortales, sino que además hay miles de personas desaparecidas o mutiladas. También ocurre que los supervivientes se han quedado sin hospitales, sin escuelas, sin casas, sin agua corriente y sin cualquier otro tipo de infraestructuras.
Incluso en la otra zona de Palestina, en Cisjordania (donde no existe Hamas, que parece la justificación para la invasión israelí) se sigue acosando y expulsando de sus tierras y de sus viviendas a familias palestinas que llevan en esos lugares desde hace generaciones. Pero no son exclusivamente los palestinos inocentes los que caen bajo las balas o las bombas del sionismo, es que decenas de periodistas, personal sanitario, trabajadores y representantes de la ONU y otros organismos internacionales también han sido abatidos en esta desigual guerra, en la que la fuerza militar solo la tiene el agresor.
Ante el silencio cómplice y la falta de acciones contundentes de condena y boicot de la casta política y los gobiernos europeos, somos la clase obrera y toda la sociedad concienciada quienes estamos en la obligación moral de responder masiva y solidariamente en apoyo del pueblo palestino, del mismo modo que lo hemos hecho frente a otras guerras: Ucrania, Irak, Bosnia, etc.
Por todo ello consideramos que ante el incumplimiento del gobierno israelí de las sucesivas condenas y resoluciones de la ONU, exigiendo el fin de la persecución al pueblo palestino y el respeto a las fronteras reconocidas internacionalmente, nos corresponde a la clase trabajadora y a los movimientos sociales llamar a la movilización en solidaridad con Palestina y exigir el cese de la invasión de Gaza, por lo que convocamos a secundar la Huelga General y Jornada de Lucha del próximo día 27 de septiembre.
Antonio Pérez Collado, Confederación General del Trabajo País Valencià y Murcia