No han tenido bastante con el circo mediático que han tenido montado en la calle Ferraz, con tener todos los medios de comunicación bailándoles el agua. Las multitudinarias manifestaciones en defensa de la sanidad pública o en solidaridad con Palestina no han merecido ni el 1% del espacio ocupado en los medios por la “santiborroka”. Ya ni que decir de las huelgas de verdad, las de los trabajadores/as, que en los medios de comunicación no tienen sitio.
Ahora un sindicato montado y dirigido por un empresario, constituido como brazo “sindical” de un partido reaccionario como Vox, convoca “huelga general” “contra la desigualdad” y “contra la traición”. No salieron nunca a la calle a defender a los trabajadores/as que han sido y son desahuciados de sus viviendas, para ellos todo el que no sea un “digno propietario” es un potencial okupa; no salieron nunca a la calle a defender la sanidad pública, porque ellos forman parte del negocio de la privada, el que tiene dinero tendrá sanidad asegurada el que no… a lo que le toque en suerte en la vida, así son estos defensores de la “igualdad”. No les hemos visto montar escándalo alguno, salir a la calle o defender la huelga para acabar con la desigualdad que impera en las condiciones de trabajo precarias, con salarios de miseria, con empresas principales y subcontratas, Etts… y toda la retahíla de esa verdadera cadena de desigualdad que son las actuales leyes laborales. Claman contra la “desigualdad” los que van a los barrios obreros, no a denunciar esa situación y la pobreza que genera, sino a azuzar el enfrentamiento entre unos trabajadores, los nacidos fuera, con otros trabajadores los nacidos aquí. ¡Ese es su concepto de patria!
Se rasgan las vestiduras por la amnistía los mismos que se quemaron las manos aplaudiendo otra amnistía, la fiscal a los grandes delincuentes. Claman contra los nacionalismos precisamente los más nacionalistas, los del nacionalismo español. Sus “putodefensas” de España, como han demostrado estos días, son la exaltación de la “patria” del machismo, la xenofobia, el racismo y el monopolio de la violencia para los aguerridos defensores de la bandera patria, con pollo o sin él. Su “huelga” nos recuerda a aquellas demostraciones sindicales que Franco presidía y en la que “los trabajadores” ataviados con los “típicos trajes regionales” bailaban en el Bernabéu al ritmo que el dictador marcaba.
Su “huelga” nos recuerda a aquellas demostraciones sindicales que Franco presidía y en la que “los trabajadores” ataviados con los “típicos trajes regionales” bailaban en el Bernabéu al ritmo que el dictador marcaba.
En este país a buen seguro que haría falta una huelga general pero para exigir al gobierno un aumento general de salarios y la congelación de precios; la derogación de las reformas laborales; un parque público de viviendas de alquiler social; una sanidad y educación 100% públicas; pensiones públicas garantizadas por los Presupuestos Generales del Estado… y ¡sí!, una amnistía que incluya en primer lugar a los presos y procesados por luchar, a los despedidos y represaliados por defender a los trabajadores/as y la derogación de la Ley Mordaza. Una huelga que a buen seguro está en las antípodas de cualquier gobierno patronal, sea “progresista” o “liberal” y que exige el concurso masivo e independiente de la clase obrera.
Que no nos tomen por idiotas, el 24N no se nos ha perdido nada en esa demostración de los nostálgicos del Caudillo. La clase obrera necesitamos defender nuestras condiciones de vida y derechos. Pero ese camino comienza por no ser furgón de cola, ni tropa de choque, de ningún bloque patronal.