Es evidente que, si ya no nos parecían suficientes las medidas disponibles en tiempos de “normalidad”, ahora, con el confinamiento debido a la pandemia del COVID19, vemos con preocupación cómo la situación de las mujeres víctimas de maltrato se agrava debido a que están mucho más aisladas y su vulnerabilidad aumenta, precisamente, por verse recluidas junto a su maltratador con poca o nula capacidad de denuncia y/o de demanda de auxilio.
No seremos nosotras quienes fomentemos la delación desde los balcones, actividad a la que muchas personas se apuntan con pasión y ganas desde su aburrida cuarentena, pero sin caer en lo que se ha denominado ‘ser un balconazi’, sí que creemos fundamental estar alerta ante las señales de socorro que alguna vecina nuestra pueda emitir desde su ventana, patio o balcón (gritos, llantos, ruido de golpes, etc) ellas o sus hijos e hijas€
En la Comunidad Valenciana los medios disponibles para atención de las mujeres y menores víctimas de violencia machista no solo permanecen sino que, además, han aumentado y el Gobierno ha implementado alguna ayuda específica (como el alojamiento temporal en pisos u hoteles) para ellas. Medidas necesarias pero que siguen siendo insuficientes para hacer frente al monstruo machista que, cualquier día y en cualquier lugar, puede atacar a una mujer que se encuentre sola o con sus hijas€
Seamos solidarias con todas las personas que veamos a nuestro alrededor necesitadas de ayuda, especialmente si esa ayuda es cuestión de vida o muerte como, por desgracia, ocurre con las mujeres que están encerradas en sus casas junto a un maltratador.