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Las oposiciones de la vergüenza

Las oposiciones de la vergüenza

Inma Sellés. Secció sindical d´Ensenyament de CGT-València

El día 26 de diciembre salió a la luz la convocatoria de oposiciones para profesorado de Enseñanza Secundaria, profesorado especialista de Formación Profesional, profesorado Escuela Oficial de Idiomas, catedráticos y profesorado de Música y Artes Escénicas en la Comunidad Valenciana. en total 1437 plazas. Menos mal que fue el día 26 y no el 28, porque hubiéramos pensado que se trataba de una broma de esas que se hacen en el día de los Inocentes y que ya no le hacen gracia a nadie.

Para aquel que no lo sepa, os ponemos en situación; estas oposiciones son la consecuencia de una denuncia del Tribunal Superior de Justicia Europeo a España por la alta tasa de interinidad no resuelta en la función pública. ¿Qué creen que hizo el Estado español para solucionar el problemón del que le acusaba mamá Europa? Decidió hacer una ley para reducir esa interinidad a un 8%, que es lo exigido para que el personal esté en condiciones de dignidad laboral; la conocida como Ley Iceta. Hasta ahí todo bien, hasta que leímos la ley y lo que que venía a decir básicamente era que, si el personal interino, que la administración tenía en fraude de ley, no superaba un concurso de méritos con un número de plazas muy inferior al de personas en fraude de ley y/o posteriormente, un proceso de oposiciones en el que no están convocadas todas las especialidades, se irían a la calle. Pues , de aquella fantástica idea, esta solución ideal, el mayor ERE encubierto de la historia para echar a la calle a los profesionales de la educación que han dedicado su vida a enseñar a los hijos y las hijas de los trabajadores de este país. Es a la escuela pública donde van los hijos e hijas de las obreras. Así que, hagamos recapitulación, si una persona interina está en fraude de ley (a causa de la administración) , realiza un concurso de méritos con un número de plazas irrisorio (a causa de la administración) y no lo supera debido al número ínfimo de plazas y posteriormente, no le dan opción a presentarse a una oposición porque su especialidad no está convocada( a causa de la administración), la que se queda sin trabajo es esa persona , que se va a la calle con una indemnización de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 meses desde el último contrato. Es decir, con no llega a un mes de sueldo, gracias a que la administración y, esto sí lo ha hecho bien, en la citada ley ya se cubrió las espaldas para no dejar vacías a las arcas públicas con este despropósito. Porque, ¿a quién le importan los y las funcionarias? Si solo oír el nombre produce cara de desprecio en toda aquella persona que no sabe o no quiere saber que también somos precarias, que también nos echan a la calle y nos contratan cuando les viene en gana, que también trabajamos cerca o lejos de nuestras familias, según necesidades de la administración y que también nos despiden sin explicación y sin indemnización. Y después nos preguntamos que cómo no están contentos los docentes, con las vacaciones que tienen. Todas las Navidades de vacaciones y además con regalo incluido, un despido a escala nacional que no va a importar a nadie. Y esto es porque ya se ha encargado la administración y el sistema capitalista en defenestrar todo lo público, lo que es de todas y para todas vive un desprestigio incomprensible. Y luego nos quejamos en la cena de Nochebuena de ¡Hay que ver cómo está la educación pública, hay que ver la sanidad!. Porque ya se sabe, ¡Si quieres vivir bien, métete a trabajar para el Estado!.

Inma Sellés

Secció sindical d´Ensenyament de CGT-València

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