CGT País Valencià i Múrcia

Manifiesto de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas, aprobado en el IV Encuentro en Dijon 2022

La Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas, constituida en marzo de 2013 durante nuestra reunión de Saint-Denis (Francia) es el producto de años de intercambios y de trabajo en común entre varias de las organizaciones fundadoras. Es así, y sobre la base de orientaciones y de prácticas sindicales en común, que hemos podido reunir organizaciones sindicales, corrientes sindicales y tendencias sindicales de numerosos países de las Américas, Europa, África y Asia.

Dos años más tarde, en junio del 2015, organizamos un nuevo encuentro internacional en Campinas (Brasil). En esta ocasión, apreciamos colectivamente las evoluciones positivas en la construcción de nuestra Red, fundamentalmente su expansión, pero también el camino que nos falta recorrer para dotarnos de la herramienta en común internacional y necesaria a todas las fuerzas sindicales que se reivindican y practican un sindicalismo de luchas anticapitalistas, autogestionario, democrático, ecologista, independiente de los patrones y los gobiernos, internacionalista y en contra de todas las formas de opresión (machismo, racismo, homofobia, xenofobia). La democracia obrera, la autoorganización de los trabajadores y las trabajadoras están también entre nuestras referencias comunes.

El 3er Encuentro Internacional en Madrid (Estado español) y en el 4o encuentro Internacional en Dijon (Francia) en 2022.  Nos ha proporcionado la oportunidad de profundizar en el trabajo común sobre los temas anteriormente citados. Además, hemos dedicado el tiempo necesario a la consolidación de nuestras redes sectoriales, ya que concebimos el sindicalismo desde de las realidades concretas de las empresas y los servicios en los que trabajamos. Dado que la opresión patriarcal pesa sobre el conjunto de la humanidad y que debemos combatirla incluso en el movimiento sindical y en cada una de nuestra organizaciones, debemos combatir el machismo, sin demagogia. Debemos ser un ejemplo. De manera general, hemos actualizado nuestros análisis, nuestras propuestas y nuestras estrategias de acción a partir de una realidad, la de las trabajadoras y trabajadores de todos los países, y siempre con el propósito de alcanzar nuestras reivindicaciones de hoy y de lograr así de la construcción de la sociedad que queremos para el mañana.

Las crisis económicas, financieras, ecológicas y sociales están entrelazadas y se alimentan unas a otras. Esta crisis global propia del capitalismo muestra el estancamiento de un desarrollo basado en un reparto cada vez más desigual de la riqueza producida por la explotación de l@s trabajadores/trabajadoras, la desregulación financiera, el libre comercio generalizado y el desprecio por los imperativos ecológicos. Los gobiernos y los empresarios atacan cada vez más los derechos de l@s trabajadores/trabajadoras para salvar los beneficios de los accionistas y de la patronal, para asegurar el futuro de los bancos, las instituciones mundiales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Oficina Mundial del Comercio, etc.) .

La situación que sufren l@s trabajadores/trabajadoras se caracteriza por un ataque sin precedentes a su nivel de vida, para garantizar los beneficios de los banqueros y las grandes empresas. El imperialismo y las burguesías están librando una guerra social, reduciendo los salarios, las pensiones, los derechos, aumentando la pobreza y la desigualdad y tratando de dividir al pueblo.

El sistema económico y político actual organiza el saqueo de muchos países, obligando a millones de personas a abandonar su región de origen para sobrevivir y luego les niega todos sus derechos con el pretexto de que son inmigrantes.

Destrucción de los servicios públicos, menoscabo de los derechos sociales, ataques a los derechos sindicales, las libertades sindicales burladas, el desarrollo de la precariedad y el desempleo para seguir explotando el pueblo… Se trata de los mismos métodos utilizados ¡ en todos los países!

Para conseguir sus objetivos, utilizan todos los medios : criminalización, juicios, detenciones, intervenciones policiales, ocupaciones militares, todo tipo de obstáculos a los derechos colectivos e individuales. La represión y el uso de la violencia son algunas de las armas que se utilizan contra l@s que resisten, que se oponen,  l@s que construyen alternativas. Nuestra solidaridad, más allá de las fronteras, es una de nuestras respuestas.

Los ataques a las legislaciones sociales, a las pensiones, a los salarios, a las condiciones de trabajo, los seguros sociales, los servicios públicos y las libertades democráticas forman parte de un proyecto estratégico del capitalismo destinado a cambiar el equilibrio de poder entre la clase dominante, por un lado, y l@s trabajadores/trabajadoras y las clases populares, por otro. Este proyecto se inscribe en el marco de un capitalismo globalizado, de una economía que pone en liza las normas sociales, la legislación, las condiciones de trabajo y los marcos. Con la uberizacion de la economía, esto conduce a una creciente precariedad del mundo del trabajo.

La cuestión de la salud y la seguridad en el trabajo, las condiciones generales de calidad de vida para l@s asalariad@s en los medios populares, están adquiriendo una importancia decisiva en las luchas y reivindicaciones.

En los países que se han mantenido en una situación de subdesarrollo, sobre todo por colonialismo e imperialismo, que todavía están muy vivos, estas situaciones condenan a un gran número de seres humanos a morir de hambre; o a ser vendid@s como esclav@s; o a inmigrar, a menudo arriesgando sus vidas, a países donde luego son víctimas de multiples discriminaciones. El colonialismo y el imperialismo siguen oprimen a muchos pueblos del mundo; el sindicalismo debe combatir estos modos de dominación.

La cuestión de los derechos sobre la tierra es especialmente importante en muchos países, especialmente a los que son víctimas del colonialismo y del imperialismo; tenemos que actuar en esta cuestión, luchar por una auténtica reforma agraria, junto con los movimientos sociales que ya están trabajando por estos derechos. Más ampliamente, la emergencia climática nos obliga a tener en cuenta este aspecto en nuestra actividad sindical. Los territorios indígenas siguen siendo destruidos por el capitalismo. Acogemos y apoyamos las luchas de los pueblos indígenas por la sostenibilidad medioambiental, el acceso al agua potable y por la dignidad humana.

Los bloques militares (OTAN y CSTO) reforzan las amenazas de guerras imperialistas y por eso deben ser eliminados. La Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas llama a la unificación de la oposición de l@s trabajadores/trabajadoras a cualquier intervención imperialista, para fortalecer los movimientos contra la guerra, la militarización y la economía de guerra. Hoy, el pueblo ukraniano se enfrenta a la guerra declarada por el gobierno de Rusia. Sindicalistas internacionalistas, aportamos nuestro apoyo a las y los que resisten en Ukrania pero también en Bielorusia y en Rusia, intentando responder a las necesidades expresadas por nuestros camaradas sindicalistas de esta región del mundo.

En 2020, la pandemia de COVID-19 ha evidenciado la incompatibilidad del capitalismo con la defensa de la vida. Las políticas de austeridad neoliberales han atacado los sistemas de salud publica y han sometido a la mercantilización la sanidad ; el hecho de haber mantenido las patentes impide el acceso a la vacunas a numerosas poblaciones. Todo esto ha provocado millones de muertes. Los capitalistas han aprovechado de la pandemia para enriquecerse aun mas, provocando desempleo, precariedad, miseria, supresión de derechos sociales, reforzando la extrema derecha.

Aún con la dificultad de salir a las calles, la clase obrera y la juventud realizaron importantes movilizaciones en todo el mundo. El asesinato de George Floyd en 2020  au Estados Unidos ha provocado a la ola de movilizaciones antirracistas en todo el mundo. Las luchas por los derechos de las mujeres han permitido ganar la legalización del aborto en varios países de América Latina.

Estamos en contra de toda forma de explotación y opresión colonial, por eso rechazamos  la política sionista israelita y defendemos la liberación de Palestina y la autodeterminación de todos los pueblos oprimidos.

En todos los continentes continúan las movilizaciones a gran escala contra los regímenes opresivos en vigor.  Nuestra red se compromete a apoyar todas las luchas en defensa de l@s trabajadores/trabajadoras y las libertades democráticas.

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El mecanismo de la deuda interna y externa nos empobrece : su deuda no es nuestra ; ¡no tenemos que pagarla! Las políticas económicas y financieras que se presentan como alentadoras de la recuperación de la demanda parecen poco probables para garantizar  una reactivación económica fuerte y duradera.

La multiplicación de los tratados de libre comercia conduce a una radicalización de las luchas sociales y ecológicas y de la lucha entre el trabajo asalariado y sistemas de dominación.

Seguimos comprometidos con la construcción y el fortalecimiento de la unidad internacional de l@s trabajadores/trabajadoras, para luchar contra la criminalización de los movimientos sociales, contra los planes de reajuste, las reformas y las privatizaciones, contra toda forma de opresión y explotación.

Reforzar el sindicalismo para romper con el capitalismo.

El sindicalismo del que decimos formar parte no puede avalar pactos con el poder para validar medidas antisociales. El sindicalismo tiene la responsabilidad de organizar la resistencia a escala internacional, para construir a través de las luchas la necesaria transformación social anticapitalista. Queremos construir un sistema, a partir del cual se destierre la explotación, basado en los bienes comunes, en una redistribución igualitaria de la riqueza entre tod@s l@s que la crean (es decir, l@s trabajadores/trabajadoras), sobre los derechos de es@s mism@s y sobre un desarrollo ecológicamente sostenible.

La independencia del movimiento sindical, que se moviliza y lucha eficazmente, es la cuestión clave de este periodo.

De hecho, el reto es romper la estrategia del sistema de dominación del capitalismo globalizado que intenta imponer una regresión histórica al asalariado, con la ruina pura y dura de su capacidad autónoma de organización, acción y posicionamiento; en beneficio de un sindicalismo gerencial, o incluso de la desaparición pura y simple del movimiento obrero. Esto, mientras una parte cada vez más grande de la población mundial se proletariza y a menudo con condiciones sociales cada vez más difíciles.

Afirmamos nuestra oposición al sindicalismo de Estado y nuestro deseo de pluralismo y democracia sindical.

Esto no es en absoluto contradictorio con la búsqueda de la unidad de la acción sindical, de la unidad obrera, de la unidad de tod@s l@s explotad@s y/o oprimid@s.

Por otro lado, no tenemos nada que ver con los que dicen ser sindicalistas, mientras manejan los fondos de pensiones y son corrompidos por la clase dominante … Clase dominante que, además, ha hecho de la corrupción el modo habitual de funcionamiento de todo un sector de dirigentes políticos.

Nuestro sindicalismo combina la defensa de los intereses inmediatos de l@s trabajadores/trabajadoras con el deseo de un cambio social profundo. No se limita al ámbito de las reivindicaciones económicas, incluye cuestiones como el derecho a la vivienda, a la tierra, a la igualdad entre hombres y mujeres, al antirracismo, la lucha contra la homofobia y la xenofobia, la ecología, el anticolonialismo, etc.

Los intereses que defendemos son los de la clase obrera (trabajadores/trabajadoras con empleo formal o informal o jubilad@s, desemplead@s, jóvenes en formación). Se articulan con los de los pueblos de todas las regiones del mundo. En esto, nos enfrentamos directamente a la patronal, a los gobiernos y a las instituciones que les sirven y reivindicamos nuestra autonomía de cara a toda organización política.

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Existen organizaciones sindicales internacionales; se han creado redes sindicales en sectores profesionales o geográficos. De una región del mundo a otra, nuestras historias sindicales, nuestras estructuras sindicales, nuestras afiliaciones sindicales, son diferentes. Pero compartimos lo esencial : estamos decididos a avanzar en la coordinación de un sindicalismo de lucha a nivel internacional.

Queremos compartir nuestras experiencias, aprender de la resistencia y los logros de los demás, construir la unidad más allá de las fronteras, poner en práctica la solidaridad internacional de l@s trabajadores/trabajadoras.

Ante la crisis que golpea a las poblaciones de todos los países, y de la que es responsable el capitalismo, es necesario coordinar y unificar nuestras luchas.

Llamamos a los colectivos sindicales a unirse a nosotros para construir esta unidad de acción sindical, necesaria para luchar contra los retrocesos sociales, conquistar nuevos derechos y construir una sociedad diferente.

La construcción y consolidación de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas son muy importantes en un mundo en el que la economía está cada vez más globalizada.

Debemos enfrentarnos juntos a las empresas y a una burguesía que internacionalizan sus negocios. Esto requiere el desarrollo de acciones de solidaridad activa, acciones coordinadas y campañas a nivel mundial, ya sea por categoría, sector, país o continente.

Nos corresponde impulsar una orientación anticapitalista en cada una de estas luchas.

Decidimos reforzar, ampliar y hacer más eficaz una red de sindicalismo combativo, de lucha, democrático, autónomo, independiente de la patronal y de los gobiernos, anticapitalista, feminista, ecologista, internacionalista, construyendo el cambio a través de las luchas colectivas, luchando contra todas las formas de opresión (machismo, racismo, homofobia, xenofobia).

Tenemos objetivos concretos, compromisos comunes. Juntos los definiremos y los llevaremos a cabo :

Acciones

(Texto aprobado en la cuarta sesión, abril del 2022, laboursolidarity.org)

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