Óscar Cusano: “El Frankenstein Global”
Chomsky dice que al hombre le atrae su ignorancia, que requiere de muchísima información para despertarse, pero también dice Orwell que no puede comprender cómo la gente no se entera con la cantidad de información disponible sobre lo que le sucede en sus propios ojos. La meta de cualquier intelectual: desvelar la verdad.
Buenos Aires, diciembre de 2001:
- ¿Qué nos pasa Juan?, es un caos.
- ¿Qué nos pasa, qué nos pasa?-burlándose. ¿Vos alguna vez viste un pueblo más pelotudo que éste?
- Bueno, no sé, tampoco será para tanto che.
- Nos están regalando, subastando, endeudando de por vida, se están quedando hasta “con las sábanas de la abuela” (lo escuché de la boca de James Petras en Bs.As.), no te van a dejar ni revolver en la basura…¡Y vos me decís que no es para tanto!El Frankenstein Global, por Oscar Cusano
Para comprender los síntomas de nuestro letargo, o insensibilidad ¿por qué no?, debemos recorrer un viaje con muchos senderos dispersos.
Parecería haberse instalado en el inconsciente colectivo, que las calles y las plazas son el escenario geomorfológico donde se confecciona la trama política de la disidencia, y en parte es un derecho inalienable del pueblo, no se puede poner en tela de juicio y está muy bien, pero es un camino más, sólo eso.
La auténtica lucha vive en nuestra imaginación para decir sí, o no.
Las carreteras de la autoridad son una madeja hermética que debe ser estudiada meticulosamente, porque el mundo, el mundo que acaso sospechamos, es una larga ficción, una apariencia de idas y venidas de hechos, y sus exclusivos protagonistas, muy heterogéneos o disímiles, han pasado a la historia rodeados de aureolas de una atrayente complejidad y manipulados con esmero.
Pero, ¿qué esconde ese manoseo constante y pulcramente escudriñado?
Oculta el uso del PODER, con mayúsculas, son los verdaderos dueños del pensamiento social, el que te hace creer y decir por dentro: eso está bien, eso está mal, entonces “ellos” te repiten todo el día, “los españoles vivieron por encima de sus posibilidades, ahora toca pagar”, y tú…asientes, sin más.“Démosle el trabajo a los chinitos, es más fácil y nosotros somos los pillos del barrio”:
Cuando Richard Nixon viajó a China en 1972, no fue para jugar al ping pong, viajaron para implementar el “outsourcing”, o el traslado a otros países de producciones industriales, con sus respectivos trabajos claro, y la importación de productos baratos que les reportaría enormes ganancias, había que salir a buscarse la vida porque el déficit era descomunal. Las guerras, frías y calientes, son muy caras, los romanos lo supieron muchos siglos atrás, así que al pueblo americano no le compensó poder comprar productos asequibles mientras veían desaparecer en forma masiva sus fuentes de trabajo (¿te suena de algo?)
En realidad, nadie fue capaz de prever el futuro crecimiento chino de casi el 10% anual sostenido, como tampoco pudieron pensar que al presente, USA debe a China la friolera suma de 3 trillones de dólares, y que según Goldman Sach, en 2027 el PBI chino superará al estadounidense.
Las reformas económicas en China comenzaron en 1978, a partir de allí las empresas de occidente creyeron resolver el problema del coste de mano de obra, planificando un aumento de inversiones extranjeras y consiguiendo permisos para sus “emprendedores” a fabricar sin límites, en tanto que convencían al gobierno asiático que levantara los proteccionismos y regulaciones laborales.
El crecimiento se disparó de tal forma, que China se convirtió en un motor mercantil internacional, provocando un efecto cascada en Hong Kong, Taiwán, Japón y las naciones Sudorientales.
Ahora bien, ¿qué sucede cuando un gigante se despierta, cuando miles, cientos de miles de mano de obra barata inundan los sistemas productivos?, y se toman medidas que alcanzan a desestimar el IVA, eliminar tasas o bajar el arancel legal de sus productos a un 8,9%, contra 35 o 40% del resto.
Lo que sucedió fue simplemente una positiva y descomunal balanza comercial, que se arrojó sobre el planeta como una marejada de utilidades, ganancias, intereses, sin precedentes. En el año 1990 el sector bancario, financiero, de seguros y telecomunicaciones fueron liberalizados, y toda esa masa de dinero fue dominada por cuatro bancos estatales, entonces el BICC pasó a ser la mayor banca del mundo.
No obstante, las empresas exitosas se volcaron a los bancos privados o directamente a los negocios clandestinos para financiar sus movimientos.
Cuando sobra el dinero, sobran las aclaraciones, los márgenes se vuelven muy estrechos y las interpretaciones de la ética desaparecen.
Todos los hombres son bárbaros cuando suena la campana de la codicia.
En mi opinión, considero que muchos “empresarios” pensaron en valerse de los conflictos del socialismo y los años del fracaso de la propaganda anti-mercado, para crear fábricas de muchos empleados sin derechos laborales, sin tener la más mínima consideración ni por la gente, ni el medio ambiente, y sin ni siquiera comprender que a futuro, esos mismos circunstanciales desamparados, les saldrían a la palestra en su enfática competitividad.
El resultado, una extensa y enorme corrupción generalizada que no ha mejorado los índices de diferencia social en el pueblo chino, quedando a fines de 1990 en el segundo país de desigualdad de riqueza del planeta.
La expansión no es sinónimo de ecuanimidad social.
Pero, ¿qué otra cosa podemos esperar del ser humano?
En el siglo pasado, el capitalista necesitaba empleados, ahora ya no, el obrero le sobra, por lo tanto, hasta que llegue el momento, EEUU y China mantienen un matrimonio de conveniencia, China necesita del mercado americano para continuar su desarrollo, y por el contrario, los occidentales requieren del financiamiento “amarillo”, ¿hasta cuándo?, se calcula que en el 2020 China podrá divorciarse pues habrá expandido su propio mercado interno y externo.
El juego del monopoly consiste en que China compra porque tiene pasta de sobra, realiza contratos de cooperación, gana la contienda energética, crea en silencio alianzas y fundaciones en todos los continentes a largo plazo, en contraste, los “American boys” enarbolan banderas, van de Marines por la vida, votan presidentes negros, otorgan hipotecas subprime que a su vez empaquetan y mezclan con otros productos financieros que, nuevamente invitados a la orgía monetaria, los bancos europeos operaron para sostener el Frankenstein global, pero como ellos también son vivillos, injertaron sus órganos putrefactos en la economía y transplantaron a sus pueblos distraídos todas y cada una de las deudas de los que no les importa nada más que sacárselas de encima y, obviamente, enriquecerse.
Lo harán por las buenas, o por las malas, porque el dinero, ese papel sin ningún respaldo, solo está sostenido en la mente de las personas que quieren convencerse que pagando, podrán salir de la crisis.
Si no me creen miren como quedó la ciudad de Detroit, ícono evidente del sistema.Algunos gobernantes saben que no puede durar, otros lo niegan, lo mismo pensaban muchos imperios antes de ser invadidos o algunas cortes nobles Francesas cuando les tomaban la Bastilla, mientras no intuían que sus poblaciones habían dejado de ser siervos.
Que después se encargaron de seguir la rueda y se volvieron a quedar con todo, pues claro, si ellos viven para organizarse y nosotros soñando que nuestro equipo gane la Champion.Hazme un favor, lee “Los nuevos burgueses Valencianos”, de Rafael Navarro, editorial La esfera de los libros, 2005, y después me cuentas.
Allí se deja muy en claro de como los abuelos construyeron con más o menos honestidad, enormes polos de desarrollo, y sus hijos y nietos, como sucedió en todo el planeta, se pasaron a jugar en los grupos de casinos con dinero franquiciado.“Me levantaré y me pondré en marcha, noche y día,
oigo el agua del lago chapotear levemente contra la orilla;
mientras permanezco quieto en la carretera o en el asfalto gris
la oigo en lo más profundo del corazón”
William Butler Yeats, Irlanda 1865- 1939
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