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Reyval llama “hostilidades” a la necesidad de controlar su actividad de gestión de residuos peligrosos, pero no renuncia en los tribunales a la incineradora

Solo la retirada del contencioso contra la modificación de oficio de la AAI de 7 de noviembre de 2014 supone la renuncia legal y real a la incineradora.
 “Solo ese escrito de renuncia de Reyval ante el Tribunal Superior de Justicia y el auto que anula el contencioso 1/81/2915-B serán la prueba real de la imposibilidad de que se construya una incineradora en Alcora” dice el portavoz de la Plataforma.
Poco antes del inicio de la Asamblea que tuvo lugar ayer en el salón de plenos del Ayuntamiento de l´Alcora, se nos dio traslado de un escrito presentado en registro de ese ayuntamiento esa misma mañana, en el que, entre otras cosas, Reyval planteaba la firma de un “convenio donde se determinen las condiciones de renuncia a la instalación de este tipo de plantas y el compromiso del cese de hostilidades, donde la empresa pueda ejercer el resto de su actividad con la misma normalidad que cualquier empresa ubicada en esta población”.
Esta propuesta, que no es nueva, pretende llamar hostilidades al necesario control de las actividades potencialmente contaminantes, que, en el caso Reyval, ha brillado por su ausencia, pues ha campado a sus anchas durante más de 20 años, sin que la administración local o autonómica controlara qué se cocía dentro de las instalaciones de Reyval, solo el control ciudadano, vecinos y plataforma, después Asamblea, han realizado el trabajo que corresponde a los responsables y técnicos de medioambiente locales y autonómicos y que  ahora se han visto obligados a asumir, algunos a su pesar.
Los vertidos de residuos al camino de residuos de todo tipo, las emisiones y los olores insoportables que afectaban las mucosas, ojos, nariz, garganta, pulmones, durante años a muchos vecinos que se vieron afectados hasta que se denunció y se acabaron parando los evaporadores y técnicas asociadas, en los años 2009 y 2010. Mientras tanto se vertían al vertedero residuos mal inertizados sin ningún control real, algo que se ha podido comprobar ahora, con las catas realizadas en el mismo vertedero.
Durante 21 años Reyval ha estado haciendo los que ha querido con los residuos, nadie se molestó en controlar la gestión que realizaba. Solo los vecinos afectados del vertedero y de la planta denunciaban reiteradamente las malas prácticas de Reyval en la gestión de residuos que, recordemos son peligrosos, tóxicos en muchos casos e infecciosos en otros, con el riesgo que supone todo ello para la población y trabajadores próximos.
Desde hace 5 años, gracias a las denuncias de los vecinos, del Ayuntamiento y, cómo no, de la Plataforma No a la Contaminació, se han ido destapando todas las infracciones que se cometen en esa gestión. Y a eso Reyval le llama “hostilidades”, acostumbrado a hacer lo que le venía en gana con tal de ganar dinero, más dinero si incumplía sus obligaciones en la gestión de esos residuos.
 “Como decíamos, solo la retirada por parte de Reyval del contencioso 1/81/2015-B, puede impedir legalmente la instalación de la incineradora”
Plataforma Ciutadana No a la Contaminació/ Asamblea Ciutadana NO a la Incineradora en Alcora
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