Este escrito pretende ser una reflexión que partiendo sobre una cuestión concreta (la negociación del convenio autonómico de la Comunidad Valenciana sobre la discapacidad) pueda plantear cuestiones generales sobre las múltiples agresiones que sufrimos los trabajadores, la función de los sindicatos y la necesidad de organizarnos por nosotros mismos si queremos defendernos de esas agresiones.
A finales de 2012 y principios de 2013 el convenio autonómico para el “sector” de la discapacidad (de la Comunidad Valenciana) era impugnado por la patronal (ya que había quedado legalmente obsoleto) La patronal planteaba (y plantea) medidas a la baja y serios recortes en las condiciones laborales (y económicas) bajo la amenaza de que si no se renovaba convenio, este quedaría invalidado y se asumiría el convenio nacional (con mucho peores condiciones)
El convenio autonómico es el fruto de un trabajo de negociación que llegó (hace pocos años) a conseguir unas condiciones de trabajo con importantes ventajas sociales y una (casi) homologación salarial con los trabajadores de la pública. Dicha homologación se nos vendió como una gran victoria por parte de los sindicatos si bien no se tuvieron en cuenta varios factores:
- A la par que se conseguía la homologación, se iniciaban una serie de recortes que han supuesto el cierre de programas, el impago reiterado de nóminas, medidas de “ajuste” por empresas que bajaban porcentualmente los sueldos a la par que aumentaban la carga de trabajo,… Medidas que han invalidado en la práctica los acuerdos alcanzados. De hecho, ningún cambio se ha realizado en el convenio en los últimos años, aunque en la realidad muchos, no hemos llegado a disfrutar de las ventajas del mismo.
- Que aquella homologación se hizo, excluyendo a parte de los trabajadores (los de programas) que no accedería a la subida salarial, frente a otros trabajadores (los de centros) que si lo hacían. Aquella “victoria” constaba de dos tablas salariales que dividían (aun más) a los trabajadores, que a pesar de hacer el mismo trabajo, cobraban distintos sueldos. Desde la Plataforma de Trabajadores de Servicios Socio-sanitarios, se denuncio este hecho.A principios de 2013 (y hasta la actualidad) otros peligros se cernían sobre el “sector”: recortes, impagos, copagos en ciernes,… Y una notable (al menos en comparación con épocas anteriores) movilización se venía (y se viene) realizando, amparada principalmente en las “marchas de la discapacidad” Desde este espacio algunos trabajadores propusimos iniciar un trabajo de concienciación y organización desde la base, de cara a generar un movimiento de los trabajadores, capaz de presionar a los “negociadores” para evitar acuerdos a la baja. Nada se hizo a este respecto, entre otras cosas, porque muchos compañeros creyeron que ese papel estaba reservado a los sindicatos (CCOO y UGT, son los que se sientan a negociar) y que ellos harían lo correcto. Compañeros de CCOO afirmaban (entonces) que no se negociaría a la baja y argüían la consigna (literal) de que “el convenio no se toca”. Poco o nada se hizo pues.
Durante el año 2013 se ha negociado y nada se ha movido y muy poco se ha hablado y reflexionado, más allá de los despachos, sobre este asunto. A finales de año nos llega la noticia de la negociación “final” a la que se llega. Se acuerda (se adjunta acuerdo remitido por CCOO) ampliar la negociación a 2014 y ya se toman dos medidas que suponen importantes recortes:
- Congelación de la antigüedad durante 2014.
- “Equiparación” con los funcionarios en cuanto a las bajas laborales, es decir, recorte importante de sueldo si estas de baja por enfermedad.(1)Rápidamente los sindicatos han alegado (olvidando que “el convenio no se toca”) el “mal menor”, nos venden que esto es lo menos malo que nos podía pasar, olvidando, de nuevo:
- Que estas sólo son medidas temporales, y que aceptan seguir negociando recortes con la patronal. Lo que nos lleva a pensar que esto solo es el principio y que la estrategia será ir aceptando poco a poco otros recortes (recordar que la propuesta de la patronal implica recorte de vacaciones, de salario, de beneficios sociales,…)
- Que la situación de los trabajadores ya es muy complicada, estas medidas (temporales) pueden parecer poca cosa, si no las sumas a que muchos llevamos meses de retraso en el cobro de las nóminas, en que se cierran servicios y se despide a trabajadores, en que aumenta el trabajo, en que muchas empresas y entidades ya han tomado la medida de recortar sueldos,…
- … a lo que se suman las agresiones generales traducidas en recortes presupuestarios, copago a los usuarios y familias de los servicios,… todo ello debe verse como un TODO y no por separado, evitando la división y la especialización: los sindicatos se encargan de lo laboral, los CERMIS se encargan de lo general.Sabemos que esta situación no es exclusiva de este “sector” y de la importancia de vernos y sentirnos como parte de una Clase explotada que está sufriendo la decadencia de este sistema. Ante esto nos surgen diversas cuestiones:
- ¿Puede la negociación (al menos en el momento presente) aportarnos algo positivo o solo se negocia a favor de los intereses de la patronal y el Estado (empresa también)?
- ¿Puede alguna mejora considerarse permanente en un sistema donde lo único permanente es su Crisis histórica?
- ¿Si partimos de la base de que no hay nada que negociar y que “el convenio no se toca”, para que sentarse a negociar?
- ¿Cuál es la función de los sindicatos: consiguen mejoras duraderas para los trabajadores o hacen de intermediarios de la patronal para “vendernos el mal menor” y a la larga el “mayor”?
- ¿Es posible movilizarse al margen de los sindicatos y poder oponernos a los recortes contribuyendo a generar un movimiento masivo que pueda (al menos) frenarlos?Remitiéndonos a luchas recientes (por no irnos a una fecunda historia del movimiento obrero, rica en ejemplos) las pocas movilizaciones que han podido parar recortes temporalmente (huelga de los jardineros y trabajadores de la basura en Madrid y luchas en el barrio de Gamonal en Burgos) han sido aquellas en las que la movilización ha sido unitaria, consciente, masiva y podía extenderse a otros sectores y en el territorio (lo que supone un grave riesgo para los poderosos) En ella la presencia de intermediarios (sindicatos y partidos) ha sido inexistente o limitada por la masividad y unidad de la lucha. Pueden ser ejemplos a estudiar y seguir, no como “sector”, sino como explotados que deben confluir con sus iguales (por encima de cualquier división) si queremos, siquiera, salvar el tipo.
Entendemos este escrito (como nuestro grupo) como un aporte, que deberá complementarse con los hechos y las reflexiones de otros. Os invitamos a que hagáis vuestras aportaciones, críticas, propuestas para seguir avanzando.
Un saludo y feliz y combativo año
Colectivo Crítico de Trabajadores de programas, centros y servicios sociales
(1) Este hecho agravado por la explicación que nos dan los sindicalistas, que excusan esta medida, apelando a la equiparación con los compañeros de la púbica, equiparación a lo peor. Semejante argumento nos parece lamentable, incluso, como excusa. Las medidas tomadas contra los trabajadores de la pública son terribles (entre ellas castigarte por estar enfermo), asumirlas como equiparación es patético. Lo que debiéramos asumir es la lucha conjunta contra este tipo de medidas. Siguiendo el argumento sindical, irnos al convenio nacional, también podría suponer una equiparación con otros compañeros, y yéndonos a lo extremo, tirarnos a todos al paro sería la equiparación a los 5 millones de trabajadores que están en esta situación en España. A nuestro entender, estas medidas no se aceptan, se combaten unitariamente.