Ante el anuncio por Ford de 3.800 despidos en Europa y las comunicaciones que están circulando estas últimas semanas sobre el futuro de la planta de Ford en Valencia -algunas de las cuales especulan con hipotéticas situaciones de riesgo para el futuro de sus empeladas- la sección sindical de CGT en Ford quiere hacer públicas algunas consideraciones al respecto.
En primer lugar, esperamos que los despidos no afecten a la planta de Valencia, ya que la mayor parte de la reducción de plantilla se producirá en el àrea de desarrollo de producto, que se concentra principalmente en Alemania y el Reino Unido.
También hay que tener en cuenta que la factoría de Almussafes tiene muchos puntos a su favor. Las grandes inversiones efectuadas en los últimos años en la planta, acompañadas de la extrordinaria cantidad de subvenciones, bonificaciones y exenciones fiscales tanto del gobierno central como del autonómico, junto a los elevados niveles de productividad y calidad alcanzados por la plantilla son datos muy positivos a la hora valorar su viabilidad en los próximos años. No olvidemos tampoco que nuestro país sigue reuniendo, por sus infraestructuras (autovías, puertos, corredor mediterráneo, gigafactoría de baterías de Sagunt, etc.) y su pertenencia a la Unión Europea, unas condiciones muy atractivas no solo para Ford sino para el conjunto de la industria del auto.
Por otro lado, es cierto que el ramo del automóvil se enfrenta a grandes retos y profundos cambios, pero en esa situación se encuentran también otros muchos sectores productivos, lo que obligará a adecuar los procesos fabriles y la formación profesional de las plantillas en los próximos años.
Lo que en modo alguno es aceptable para CGT-Ford es que esa transformación se quiera efectuar cargando el esfuerzo de la adaptación sobre las espaldas de las trabajadoras, tanto con mayores cotas de explotación en los puestos de trabajo como mediante recortes y pérdida de derechos laborales.
Si hay algo demostrado a lo largo de la historia de Ford España es que pese a los aumentos salariales y otras mejoras de las condiciones del personal, la fábrica no ha dejado de ser rentable en los 47 años que la multinacional del óvalo lleva en tierras valencianas. La experiencia acumulada durante todo este tiempo también ha dejado muy claro que por muchos sacrificios que el sindicalismo mayoritaria haya pactado con la empresa, a cambio de promesas de futuro, llegado el momento la dirección de Ford no ha dudado en olvidarse de esos supuestos compromisos y ha vuelto a exigir nuevos recortes.
Como contrapartida a ese futuro idílico que nunca llega, la plantilla ha tenido que soportar renuncias como la pérdida de algunos pluses, la doble escala salarial (los nuevos cobran menos que los veteranos realizando las mismas funciones), la desaparición de las pausas colectivas, el cierre de los comedores, la obligatoriedad de trabajar jornadas extras en sábado, etc.
Por todas estas razones, la sección sindical de CGT en Ford considera que ante las nuevas exigencias que sin duda la multinacional exigirá a la plantilla no se puede volver a renunciar a ninguno de los derechos que todavía conservan las trabajadoras, y que los cambios que se introduzcan en los sistemas de producción han de servir para mejorar las condiciones y ritmos de trabajo, así como para incrementar los niveles de formación y calificación del conjunto del personal.
Ante las incertidumbres a las que el llamado progreso nos lleva, la CGT se compromete a estar (como lo ha estado siempre) al lado de las trabajadoras para defender cada uno de sus derechos. Si hay otras organizaciones que piensan en seguir con el mercadeo de promesas por derechos, también deben saber que nos tendrán enfrente. Nuestra organización tiene muy claro cuál es papel de los sindicatos, que no es otro que defender los intereses de la clase trabajadora.
Sección Sindical de CGT en Ford
